El día 8 de diciembre 2008 he leído en Faro de Vigo, sección Cartas al Director, un artículo publicado por Gumersindo Bóveda, titulado Al Hidalgo-Militar Cachamuiña, sobre el que desearía insistir en un punto señalado en el artículo, que me parece trascendental para en conocimiento y divulgación riguroso de la historia de Vigo.
Me ratifico en la afirmación de Sindo de que, en contra de los que muchos ciudadanos creen, la estatua que corona el monumento no es Cachamuiña, es de Pablo Morillo.
foto de Pablo Morillo y estatua que corona el monumento a la Reconquista de Vigo, que de forma generalizada se piensa que es de Cachamuiña.
Con tal motivo me he permitido realizar una encuesta en la calle, y en una muestra de todo tipo de personas, mujeres, hombres, jóvenes, mayores, trabajadores, universitarios, etc., sobre el personaje D. Bernardo González del Valle, Cachamuiña, y de Pablo Morillo, y las respuestas fueron desoladoras.
A la mayoría no conocían absolutamente nada de Morillo, no les suena para nada el nombre de D. Bernardo González del Valle, Capitán del ejército en el Reino de Galicia, y a todos les sonaba Cachamuiña pero casi siempre de forma bastante equívoca: nadie conocía que fuese hidalgo ni Capitán del ejército, que había participado en batallas contra ingleses y otras, y muy pocos conocían que fue unos de los principales héroes de nuestra gesta de la Reconquista. Varios lo confunden con nuestro otro héroe Carolo, e incluso uno piensa que “era una especie de borrachín que merodeaba por el Berbés y la calle Real, y que le dio un viento y atacó a los franceses con una machada”.
Llamo la atención de que todos los años se viene realizando un homenaje por parte de las autoridades y sociedad civil, honrando a un héroe equívoco, y relegando a otro que sí prestó actos heroicos a nuestra ciudad.
Cuestiono firmemente los méritos de Pablo Morillo para con nuestra ciudad que justifique se le conceda el mayor honor en la representación del monumento de la Reconquista de Vigo. Y es que Pablo Morillo no realizó ninguna gesta o acto heroico a favor de nuestra ciudad.
En nuestro hecho histórico más relevante, la Reconquista, dicho militar participó con éxito en las luchas que dieron lugar a derrota del ejército invasor. Pero, además del mérito de ser un militar, al igual que otros, no protagonizó personalmente ninguna gesta heroica (colaboró con otros en una gesta), pero no fue ni mucho menos su principal protagonista que justifique coronar el monumento conmemorativo.
No era gallego y no luchaba por Vigo, luchaba por por ser militar de profesión, y por su propio éxito. Y cuando unos años más tarde recibió instrucciones de apoyar el gobierno legal en el trienio liberal, simuló aceptarlo y lo traicionó de manera infame uniéndose esta vez a los 100.000 hijos de San Luis, es decir, uniéndose al nuevamente invasor francés, y atacó y derrotó a la Milicia Nacional de Vigo, entró en la ciudad como un caudillo, destituyó a las autoridades liberales y la entregó nuevamente a los absolutistas. Volvió a ganar otra batalla, pero en esta ocasión la perdió el pueblo de Vigo, y como consecuencia de ello Vigo perdió la capitalidad que llegó a ostentar con todo merecimiento en dicho período del trienio liberal.
Según el Boletín de la Real Academia de la Historia, así se refieren historiadores a Morillo, entre otros :
“No es esto decir que dejara Morillo de encontrar oposición para satisfacer sus ambiciones, pero las circunstancias de Morillo y el saberlas él aprovechar le condujeron de repente a las más elevadas jerarquías de la milicia”.
Es decir, Morillo fue un gran militar, pero también fue un oportunista y un traidor al Gobierno Legal constituido en el trienio liberal; pero sobre todo un traidor al pueblo de Vigo:
(y un traidor a un país y a una ciudad no ha de tener la consideración de héroe)
Después de la Reconquista, el férreo absolutismo de Fernando VII, con las tremendas secuelas de persecuciones y encarcelamientos, tenía al pueblo indignado.
La ciudad de Vigo juró solemnemente la Constitución de 1812, restablecida por la Junta Consultiva, el 23 de febrero de 1820, acogiéndose a la causa liberal.
Las nuevas Cortes del gobierno liberal (1820-1823) llevó a cabo una profunda reforma administrativa del país, y el 13 de julio 1821 acuerdan reducir a cuatro las siete provincias del Reino de Galicia, suprimiendo las de Santiago, Betanzos, Mondoñedo y Tuy, manteniendo La Coruña, Orense y Lugo, y creando la de Vigo, que reemplaza la de Tuy.
El Gobierno legal había comisionado al entonces General Pablo Morillo para hacer frente a las guerrillas absolutistas que venían proliferando.
Morillo fijó su cuartel general en Lugo. Pero Morillo traicionó al Gobierno legal tan pronto supo de la proximidad de las tropas francesas, y se declaró contra la Regencia el 26 de junio.
Poco tardó Morillo en ponerse en contacto con las avanzadas de los cien mil hijos de San Luis, ejército francés contra los que muy poco antes había combatido, y que entraron en Lugo sin disparar un tiro. El 12 de julio, en unión con el ejército francés, se inicia un movimiento de tenaza sobre las plazas de Vigo y La Coruña.
En Vigo se fortalecía la Milicia Nacional con el alistamiento de voluntarios, milicia compuesta por 700 hombres, la mayor parte bisoños, que ataca la vanguardia de las tropas de Morillo situada en Pontesampaio, obligando a retirarse en precipitada fuga a los absolutistas. Los vigueses ocuparon aquella importante e histórica posición, donde 14 años antes (1808) habían luchado al lado del que ahora se presentaba como enemigo.
Tan pronto llegó la noticia al General Morillo que su vanguardia había sido derrotada, dispuso que inmediatamente avanzasen los batallones de Santiago, 100 caballos del Regimiento de Algarbe y 40 de Sagunto. Al anochecer tomaron la posición a bayoneta, al grito de “Viva el Rey”, a la que contestaban los milicianos con vivas a la constitución.
La derrota de nuestros milicianos fue total, y entró triunfalmente en Vigo el ejército absolutista del General Morillo .
Nuevamente en el poder los absolutistas, le fue asignada a Morillo la misión de aplacar a los independentistas hispanoamericanos; obtuvo títulos nobiliarios y otras prebendas.
(Se da un hecho muy significativo en la historia del personaje que puede resultar muy ilustrativo en cuanto a su concepto de la lealtad: Morillo terminó sus días en el exilio, en Francia!!, es decir, sufrió repudio en España!!)
Pero mientras tanto, para Vigo así concluía su fugaz experiencia como capital de provincia durante el trienio liberal.
Al ser Vigo desposeido de la capitalidad esta volvió a Tuy hasta que la presión de Pontevedra se la arrebató el 30 de noviembre de 1833.
Nuestro insigne D. José Mª Alvarez Blázquez, en su libro “Vigo en su Historia”, decía que la historia interna de la Reconquista de Vigo está por escribir.
Gonzalo Prado